Hay una luz en esa cruz,
la luz que los ciegos ven,
que hiere nuestros ojos
en un lujo fugaz
y no deja mirar,
y no hay alivio.
Sonríen todo el tiempo
y se hacen ver por lo felices,
que están de sonreír.
Hay un ladrón en esa cruz,
actúa en la eternidad.
Y al pie estas vos tan ciego,
jugando al mercader
que ríe en esa estafa,
sin pestañear.
Al borde del camino te parás
a rebuznar feliz
jodiendo sin flaquear.
Esa otra cruz me toca a mí,
y aquella estrella es mi luz.
Hay una luz en esa cruz,
la luz que los ciegos ven,
el cielo está tendido
y el infierno servido,
y una vez más amor
salvas mi vida,
besame justo antes por favor
de que mis ojos se cierren al final.
Hay una luz en esa cruz
la luz que los locos ven.
Voy a bailar llorando
sobre mis propios huesos.
Voy a cambiar de estrella cantando.
Nunca se sabe, puede suceder,
que la vida no termine nunca más.
Y esa otra cruz te toca a vos,
hacer como que no es hoy.
Hay una luz en esa cruz,
la luz que los locos ven.
Hay un ladrón en esa cruz,
actúa en la eternidad.